No estaré teniendo vacaciones, pero estoy teniendo un verano genial. Probablemente será porque estoy teniendo mis vacaciones con cuentagotas, y así uno puede disfrutar mucho mejor y de forma más intensa los días de descanso, sin llegar el típico día de verano en el que te tiras en la cueva bajo el aire acondicionado y no tienes na que hacer.
Razón de más!!!!!!!!!!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NO TENGO AIRE ACONDICIONADO!!!!!!! y hecho las horas bajo en pingüino de la oficina.
Jejeje
El nombre de esta misiva es lógico. Aunque no haya salido a colación, los dos últimos fines de semana he emigrado al sur de Portugal huyendo de las prisas, agobios y calores de nuestra ciudad. Nótese cierto toque irónico al mencionar las prisas asociadas a las altas temperaturas que estamos viviendo este verano, porque a ver quién es el guapo que puede vivir a ritmo frenético con 40 grados a la solana.
Por segunda vez hemos repetido Elenita y yo el mismo plan:
- Viernes después de trabajar: aprovisionamiento.
- Sábado por la Mañana: Viaje (280 Kms) hasta Lagos
- Sábado tarde: Comidita en la playa.
Para los que no conozcáis Lagos, es una playa increible. A pesar de estar bastante urbanizada, en la zona a la que nosotros vamos acude muy poquita gente. La playa es grande, muy grande, de arena muy fina amarillita. Está completamente LIMPIA. Eso si, si vas y ves a un par de nordicos o americanos guarros que dejan los envases de bebidas, limítate a cagarte en su puta madre cuando te den la espalda, y suma su basura a la tuya. Es gratificante irte y dejar la playa como te la encontraste.
El agua... increíble. Completamente transparente, y de un color turquesa como sale en las piniculas del caribe. Eso si, al principio te parecerá que está muy fría, pero yo recomiendo hacer una rápida zambullida: mójate de la cabeza a los genitales (NUNCA AL REVÉS); y te parecerá que el agua está a una temperatura ideal después de nadar 10 metros.
Otra cosa que no he comentado, es que es un plato. No hay olas. Ninguna. Solo a veces aparece la típica olita enana que se da siempre que sube la marea.
El único problema que puedes tener es que al ser una playa muy abierta, cuando sopla el poniente un poco la arena vuela pronto y puede ser bastante desagradable. En ese caso, olvídate de la sombrilla porque saldrá disparada después de doblarse y hacerse una madeja de alambres y tela, y tendrás que recogerla del agua. En estos casos, creo que sería lo suyo ir provisto de uno de esos cortavientos tras los que te puedes defender del bombardeo de granitos de arena. Túmbate en la playa después de un tonificante baño en esas aguas cristalinas.... un paraíso, lo que te diga.
Después de comer y pasar la tarde, nos fuimos cansados de luchar contra los granitos de arena (Nena, tenemos que pillarnos para la próxima un cortavientos de esos).
Hace dos semanas nuestro destino fue Vila do Bispo, donde encontramos un sitio cojonudo llamado Monte dos Amantes, una pequeña loma en la que hay una ruta en la que puedes observar menhires, después de ver una playa virgen en la que había unos surferos locos haciendo KiteSurf que flipabas.
Toda esta zona es parque natural, y fue un pelotazo adentrarnos en los pinares, la temperatura baja 5 grados con relación a la zona de Lagos. Supongo que se deberá a la influencia del Atlántico, y al viento del carajo que hacía aquel fin de semana.
Lo mejor de la tarde fue cuando llegamos al Cabo de San Vicente, fin del mundo para los Romanos. Estuvimos viendo los acantilados del cabo, y decidimos ir a Sagres para ver desde allí el cabo de San Vicente durante la puesta de sol. Después de intentar entrar en la fortaleza de Sagres, nos encontrarnos con "El Mero" y "El Costales" (amigos de mi hermano), y tras varios "Cagon lo' muerto', tu que ase aquí??????" nos despedimos y nos sentamos en el acantilado.
Para describir esa puesta de sol, no tengo palabras. Sería mejor que lo viviéseis vosotros mismos. El sol cayendo en el mar, y el cabo de San Vicente con su curiosa forma de toltuguita diciendo "O.K." son dignos de admirar. Creo que es el sitio más bonito en el que hemos visto la puesta de sol... aunque recuerdo también lo que nos sobrecogió verlo desde el Cabo Mayor en Santander. Eso si, llevaos un jersey bien gordo, porque hace un frío de pelotas cuando hace poniente.
Aquel día, al anochecer nos fuimos a buscar un sitio en el que dormir un poco. Como íbamos a la aventura y pensabamos dormir en la playa, no llevábamos tienda. El viento no permitió pasar la noche al raso, por lo que decidimos acondicionar un poco el coche para descansar en alguna playa chula.
Después de pasar Raposeira, encontramos una playa cojonuda. No recuerdo bien su nombre pero creo que estaba en el siguiente pueblo, y que como observamos la máñana siguiente, estaba flanqueada por un precioso castillo en ruinas digno para hacer una acampada a lo grande. SI QUERÉIS SOLO TENÉIS QUE LLAMARME!!!!!!!!!!.
Todo esto el fin de semana pasado... este creo que ha sido mucho mejor. Después de pasar el día en Lagos, fuimos en busca de un lugar para acampar. Esta vez si que llevábamos la tienda, y nuestra intención fue volver a la playa del fin de semana anterior. Para ello, tomamos la carretera N-125 dirección LUZ. Probablemente nos pasamos la playa del castillo, y tras robar una ciruela de una huerta (no robarás), encontramos la "Praia de Figueira".
Es una cala Virgen, preciosa. Encontramos una familia llevándo bártulos a una cueva de la playa. Mierda, se nos habían adelantado... la playa en la parte oriental tiene unas preciosas dunas, y pensamos un primer lugar acampar allí, pero después de luchar 20 minutos con el doble techo que se hinchaba como un globo aerostatico, Elena empezó a pedirme que cambiásemos de idea. Como es lógico, a todo hombre que le impidan realizar aquella actividad manual que se ha propuesto, contesté un severo : "Déjame, esto lo monto yo en un momento y no se mueve en toda la noche". Comencé a atar los vientos de la tienda a rocas de 20 kilos, y mandé a Elena que me trajese piedras y fuese al coche a por cuerda (JAJAJJAJAJAJJAJA).
Evidentemente, las que mandan son ellas, y cuando contestó con un gruñido a los míos, desistí. A menos de 100 metros, en la entrada de la playa había una casa en ruinas. En realidad al verla, me sedujo y lo vi claro, pero no insistí mucho al principio. Pero después de intentar acampar en la playa, fue mi Nena la que sugirió lo de la casa. Dejamos el coche en el camino y nos acercamos a las ruinas.
Desde el coche pude ver lo que parecía un πεντάγραμμον, de claro tinto satánico. Pero al entrar observé que no era más que el simbolo sionista, la estrella de David.
El inmueble tenia tres habitáculos, realizados por perfectas fábricas de ladrillo, muy bien ejecutadas y enfoscadas. Usease, casa de ladrillo y cemento, cuyas paredes estaban a la perfección. El techo era otra cosa. El tejado era a dos aguas, de estructura de madera, y no se encontraba en muy buen estado que digamos:
La habitación de la izquierda estaba llena de cascotes porque se había derrumbado. Las vigas de madera no estaban, probablemente se habían convertido en leña para moradores anteriores a nosotros.
La de la derecha conservaba a la perfección el tejado, pero no era espaciosa porque contenía lo que aparentemente eran dos grandes abrevaderos, y además estaba dividida en dos habitáculos. Además presentaba bastantes cascotes y algún que otro regalito tipo muñeco cagón del belén, pero bastante seco como para echarme para atrás.
El tejado de la habitación central mosqueaba un poco. Las traviesas de la parte trasera del inmueble estaban estupendamente, solo había un agujero de unos 40 cms de diámetro junto a la chimenea en la cubierta. Pero lo que mosqueaba era que en la parte delantera, una de las 6 traviesas tenía bastante mala pinta. Estaba completamente jodida, y el tejado semihundido, pero parece que el resto seguía sustentando el tejado. Joder, si no se había caído en los 30 años anteriores... ¿¿¿¿¿¿¿¿se iba a caer esa noche?????
Como solo había cascotes en un lateral, y había el espacio justo para colocar la tienda... decidimos quedarnos. Eso si, cabe mencionar las pintadas de la casa. Las tres habitaciones se comunicaban con tres arcos bastante amplios, el arco de la derecha presentaba bonita decoración: unas flores entrelazadas que partían desde media altura, y coronaban lo que simulaba un desconchón en el enfoscado, con sus ladrillos pintaditos y tó.
En la pared posterior, la pintada reinante era un: PORTEN-SE COMO HUMANOS, que transmitía una curiosa sensación, bastante parecida a aquella famosa que rezaba: FOFITO EN UN MUNDO DE PAÍS. Junto a la pintada, una gran estrella de David, que entenderéis ahora...
La pared de la izquierda presentaba dos dibujos humanoides que acojonaban bastante. Cuando entré pensando que la casa tenía un puñetero pentáculo, y vi los dibujos dije: ¡JODEEEER! ¡¡¡Como truña!!! Después empecé a leer las numerosas pintadas en honor a YAH. COÑO!!!!! Eran pintadas RASTAFARI!!!! Nos habíamos metido en una casa RASTA.
Decidimos montar la tienda dentro, y después de montarla... nuestra cenita, y flipaos a ver las estrellas. Cuando me vi allí dije: a esta gente le fliparía estar aquí. Me acordé de las historias de miedo con Jorge y Manolo, y esas noches de campamento bajo las estrellas. Pero la verdad, no os eché demasiado de menos porque estaba en buena compañía JEJEJEJ.
Lo mejor de la noche llegó de madrugada. Estaba dormido, Elena me despertó un par de veces en la noche asustadilla, un coche se tiró un buen tiempo alumbrándonos (probablemente rayao viendo una tienda en el interior de una casa en ruinas, o puede que la policía portuguesa acojonada al vernos allí) pero se fue.
El momento cumbre llegó cuando a eso de las 7 de la mañana Elena me despertó con sigilo diciéndome que había pasos en el interior de la casa.
Abrí los ojos, y efectivamente. Se oían unos imperceptibles pasos en el interior. Lo que hice fue moverme bruscamente para que supisen que había vida. Tenía la navaja abierta al lado, pero no la cogí. Abrí rápidamente la puerta de la tienda diciendo: "Quién anda ahí!!!"
Mi sorpresa fue enorme. Apenas 1'20 m de la tienda había un zorro mirándome fijamente, acercándose poco a poco. Yo, completamente flipado, le dije con una sonrisa a Elena: "Coño, es un perro, no te preocupes". "Anda no!!!!!! es un zorro". Intenté en vano buscar la cámara de fotos sin encontrarla, cuando saqué la cabeza, el zorro se estaba acercando a la tienda y casi lo podía tocar. Creo que se acercó a menos de medio metro. Como mi nena estaba un poco asustada, cerré y le dije que no pasaba nada, que si el zorro me veí a de pie, saldría por patas viendo que era un humano. Dicho y hecho, cuando salí con la cámara de fotos, vi una pareja de zorros saliendo de la casa, con esas colas largas y anchas tan características. Al final me quedé sin foto, pero aún tengo lo mejor, la ilusión y el subidón que da el entrar en contacto con la naturaleza.
Después de nuestro típico desayuno en la playa, nos fuimos camino de Albufeira, como el fin de semana anterior. Esta vez no fuimos a la genial "Praia do Evaristo" tan glamurosa ella (nos encontramos a Abel Xabier con su Lamborgini diablo, perseguido por un par de paparazzis), sino que fuimos a "Praia do San Rafael". La cala también es increíble, merece la pena. Sobre todo, lo suyo es llevarse gafas y aletas y roquear persiguiendo peces... cuidado con los tios de los arpones, no sea que os hagan un piercing no deseado en el escroto.
Bueno, que para varias me he alargado en demasía, y tengo que prepararme una clase particular sobre el increíble mundo de los espacios vectoriales para dentro de una hora.
Un beso a todo aquel que haya osado leer el relato de nuestra aventura.
MUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAACK!!!!!
La habitación central