5 de Junio 2005

Don Víctor, aquí hay tomate...

Ø

No puedo ni imaginar que perplejidad habría en el rostro de nuestro querido Víctor Hugo si levantase de su tumba y pusiese la tele en la sobremesa. Estas líneas, como muchas de las que salieron de su pluma, me están hechizando porque son como pedradas en las ventanas de nuestra moral postmoderna. Y le llaman a muchas cuestiones: rasgos de la "postmodernidad" cuando realmente llevan ahí muchísimo tiempo, queriendo luchar con la naturaleza humana, para imponerse y devolver al hombre al lodo que abandonó el primer anfibio sobre la faz de la tierra.

Os dejo con el maestro:

"Nadie mejor para espiar las acciones de los demás que aquellos a quienes nada puedan importarle. ¿Por qué este señor no viene sino al oscurecer?; ¿Por qué este otro no cuelga la llave en su respectivo clavo de la portería, el jueves?; ¿Por qué va siempre por callejuelas?; ¿Por qué la señora desciende siempre del coche de alquiler antes de llegar a la casa?: ¿Por qué envía a buscar el cuadernillo de papel de cartas, cuando tiene llena la papelera?, etc, etc. Existen seres que, por saber el secreto de tales enigmas, que le son por lo demás perfectamente indiferentes, gastan más dinero, prodigan más tiempo y se toman más trabajo de lo que sería necesario para ejecutar diez buenas acciones; y lo hacen gratuitamente, por placer, sin que su curiosidad reciba más recompensa que la propia curiosidad. Seguirás a éste o aquel durante días enteros, emplearán largas horas como centinelas en las esquinas, bajo portales, de noche, con frío y con lluvia, corromperán a criados, emborracharán a cocheros y a lacayos, comprarán a la doncella, sobornarán a un portero... ¿Para qué? Para nada. Por encarnecimiento de ver, de saber y de penetrar en las vidas ajenas. Puro comezón de murmurar. Y, a menudo, una vez conocidos estos secretos, publicados estos misterios, descubiertos estos enigmas, producen catástrofes, duelos, quiebras, ruinas de familias, existencias amargadas, con gran gozo de aquellos que lo han "descubierto todo", sin interés, por puro instinto. Cosa triste, en verdad."

Quién iba a pensar hace casi 150 años, cuando este hombre publicó "los miserables" de donde he sacado este fragmento, todo este chismorreo morboso que provoca el aburrimiento y la falta de dedicación a tareas más dignas y justas, se iba a convertir en la gran industria que es ahora, moviendo más dinero y teniendo más franja horaria que documentales, programas culturales, noticiarios, programas de sucesos, programación deportiva, debates, programación infantil...

Joder, y mi borreguismo me hace tirar delante de la caja tonta y tragarme bazofia de este porte, y lo que es peor, siendo consciente de ello. Así que... digamos NO a la programación basura y un SI enorme a la lectura para tener buenos momentos de sosiego entre estudios o curro.

Bueno chicos, un abrazote y pronto nos vemos más a menudo después de los exámenes. Me despido con la presentación de los miserables, a ver si os anima para cogerlo algún día:

Mientras, a consecuencia de las leyes y las costumbres exista una condena social que cree artificialmente infiernos en plena civilización, y enturbie con una fatalidad humana el destino, que es divino; mientras no se resuelvan los problemas del siglo: la degradación del hombre en el proletariado, la decadencia de la mujer por el hambre, la atrofia del niño por las tinieblas; mientras en ciertas regiones sea posible la asfixia social; en otros términos, y desde un punto de vista más dilatado aún, mientras haya ignorancia y miseria sobre la tierra, los libros de igual naturaleza que éste podrán no ser inútiles.

VICTOR HUGO, 1 de enero de 1862.

AHI LO LLEVAS!

Escrito por Turin a las 5 de Junio 2005 a las 01:50 PM
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