Ayer lo encontré. Llevaba buscándolo tiempo, y al fin lo encontré. Yo creo que había pasado por delante alguna vez, porque al encontrarlo tuve esa sensación de "claro... aquí estaba".
Ayer estuve con mi nena en la tienda echando una mano y de vuelta a casa, aquellas piedras volvieron a abducirme. No pude evitarlo....
Primero estuve 5 minutos contemplando "las columnas de Hércules". Si, ya sabéis, las 3 que quedan en la calle mármoles, el monumento más antiguo de Sevilla. Supongo que como están allí erguidas desde el siglo II, los sevillanitos fueron elucubrando el mito de la fundación de Sevilla con el paso de los años mientras pensaban quién podía haber puesto esas grandes moles allí si no había sido Hércules. Posteriormente la Arqueología ha puesto las cosas en su sitio, echando luz sobre la bonita oscuridad de la leyenda y colocando los monolitos en el pórtico de un templo de tiempos de Adriano. Inicialmente fueron 6 (de ahí que el mito señale que Hércules colocó 6, y una de ellas como pedestal de su estatua, que pòr cierto portaba un rótulo que decía que había estado allí...).
6 de las que quedan en pie tres, otras dos en el s. XVI se las llevaron al brazo de río que secaron, y las colocaron con dos estatuas: Julio Cesar (que nos fortificó) y Hércules (que nos fundó jejejeje). Como adivinaréis... no es otro sitio que la Alameda.
La última se rompió a principios del XVII cuando la llevaban a los alcázares... que pena.
Pues ayer las columnas parecían menos ruidosas. Por la noche tienen un encanto distinto, ya que el carmín ruinoso que las acompaña, la noche lo aculta bien, y el jardincillo adquiere un encanto que de día no llega a tener... Ayer estaba hipnotizado mirándolas, y pensando que hace 2 milenios, los hispalenses debían tener el mismo sobrecogimiento viendo aquel templo, que el que pudo tener el sevillanito que observó temeroso la mezquita con su gran minarete en el s.X o después la Catedral gótica con el minarete cristianizado...
Pero este no es el tesoro... este estaba ya desenterrado. Después de una vuelta por mis sitios favoritos llegué al inicio de mi búsqueda pasando por la encantadora plaza de las cruces.
Calle Santa María la Blanca esquina céspedes. Me dejo llevar por la inercia de la bici. Disfruto la sensación de tranquilidad que me inunda siempre que ruedo despacito por esas calles estrechas llenas de llenas de encanto. Llego a una Iglesia que no conocía. San Bartolomé... claro, es la que le da nombre al barrio. La torre tiene un estilo para mí, que nunca estudié arte, indescriptible.
Creo que el templo debe ser de finales del XVIII, al menos el actual, porque creo que aquí había una de las 3 sinagogas que hubo en la judería y tras la horrorosa matanza del s.XIV la cristianizaron. Cuando tenga tiempo intentaré investigar un poco sobre esta Iglesia.
Lo que más me llamó la atención, fue el nombre de la calle de la derecha... calle Virgen de la Alegría. ¡qué bonito!¿no? Después me he enterado que es una virgen del XVI que trasladaron a la Iglesia desde San Isidoro.
Pues si mirando al templovas hacia la izquierda, encuentras el tesoro, que no es otro, que la casa de D. Miguel de Mañara. La casa es preciosa. Además de lo que leí sobre las curiosas rejas forjadas de las ventanas, me encantó que en la restauración, se han recuperado unas pinturas murales del XVIII. Por fin conozco la casa en la que nació este hombre... la verdadera casa del Tenorio, y no esa de los Venerables tan turística ella...